domingo, 5 de julio de 2009

Concierto U2: El rock irlandés inunda las calles de Barcelona



Más de 90.000 fervientes espectadores se rindieron el martes pasado ante la magia creada por U2 en el concierto inaugural de su 360º Tour en el Camp Nou.

Bono y compañía aterrizaron en la Ciutat Comtal con The Claw, su nave espacial de 50 metros de altura con forma de araña y con pasarelas circulares giratorias que contiene una pantalla en el interior compuesta de medio millón de leds, mostrando un espectáculo lleno de luces y colores y sobre todo de buena música que resonaba por cada rincón del enorme estadio; las potentes y limpias melodías de los de Dublín penetraban por todos los poros del cuerpo ya estuvieses en primera línea, en la otra punta del auditorio o incluso fuera del pabellón.

El show empezó sobre las 8 de la tarde cuando los teloneros, los también Irlandeses Snow Patrol, caldearon el ambiente con su música de serie de televisión de éxito y lo consiguieron con creces. Pocos minutos pasados de las 10 de la noche se apagan las luces, el público está extasiado con los ojos clavados en la pasarela que comunica el backstage con el gigantesco escenario mientras suena Space Oddity de Bowie. Empieza la cuenta atrás, los asistentes cada están vez más emocionados y en ese momento aborda la astronave Larry Mullen Jr. para aporrear con fuerza su batería. Pocos segundos después le acompañan los tres tripulantes restantes de la nave arácnida a ritmo de Breathe y Bono enfundado en su chaqueta de cuero y sus míticas gafas rojas saluda al personal mientras estos enloquecen de placer. Y así hasta dos horas y cuarto de puro rock’n’roll irlandés.

Una vez dentro los cuatro astronautas, la nave despega con cuatro canciones de su último disco "No Line on the Horizon" y tras dar las gracias, corretear por el colorido escenario con Get on your Boots, Magnificent y la que da título al disco, empiezan con uno de los clásicos de la última década. The Edge desenfunda su mejor arma: su anaranjada Gibson Explorer y su unidad de delay y con nitidez y mucho estilo empiezan a sonar las primeras notas de Beautiful Day. Es en ese preciso instante que Bono se desgañita para dedicarle la letra a la ciudad que le ha acogido: “See the world in green and blue. See Barcelona right in front of you…” y todo eso después de explicar lo orgulloso que se sentía de poder abrir su gira en la “capital del surrealismo”. Acto seguido Bono se encapa una bandera de Irlanda y canta con emoción Still haven't found What I'm Looking For que como siempre viene acompañada de mensaje y City of Blinding Lights.

A partir de ahí el show va a más. Ofrecen su particular homenaje a Michael Jackson con Angel of Harlem y versionando Man in the Mirror y el éxito de los Jackson Five Don´t Stop till get Enough con un Bono en plan funky y con voz en falsete. Y cuando crees que el desfile de luces y rock está en su punto álgido y no hay nada más sorprendente que eso, el comandante Bono conecta en directo por videoconferencia y via satélite con la tripulación de la Estación Espacial Internacional para que transmitan su mensaje ecológico de concienciación: hay que cuidar la tierra que desde allí arriba también se ve muy bonita. Más tarde tocan entre otras Walk On y The Unforgettable Fire que también trasmiten mensaje, esta vez por parte del Premio Nobel Desmond Tutu que pide ayuda para ganar la batalla contra el sida en África y en el primer tema unos fans suben y se pasean por el escenario con caretas de Aung San Suu Kyi, la líder birmana que se opone al régimen dictatorial de su país.

En la parte final del concierto estalla el delirio. La nave abre verticalmente su pantalla mastodóntica hasta el punto de casi atrapar en ella a sus tripulantes (todo tan espectacular que daba la sensación de que de un momento a otro iba a salir E.T. ataviado con una bandera irlandesa y con su atontamiento habitual iba a corear Pride (In the Name of Love), el solista aparece con una chaqueta de cuero con rayos láser incluidos y grita “1, 2, 3..14” y el público se desmadra muchísimo más cantando a pleno pulmón y bailando Vertigo. Seguidas van los clásicos himnos Sunday Bloody Sunday, Pride (In the name of Love) y One, en la que Bono se atavia con una camiseta del Barça. Luego llega el festival de luces y color con el momento discotequero cuando tocan un sorprendente y bailable remix de I'll Go Crazy If I Don't Go Crazy Tonight.

Los cuatro magníficos se marchan entre aplausos y ovación, pero reaparecen con los bises de tres temas más: Ultraviolet, With or Without you y Moment of Surrender y tras esto Bono se despide: “¡Buenas noches Barcelona, buenas noches España!” cerrando así el acontecimiento musical del año.

A pesar de que muchos opinan de que el songlist del 360º Tour era el menos estimulante de sus últimas giras, algún que otro fallo de sonido (era el show de estreno así que tampoco iba a salir todo niquelado) o que los que se encontraban en las graderías en la parte trasera del escenario no veían perfectamente a sus ídolos al no ser que fuese a través de las gigantescas pantallas (lo único que giraba 360º era la plataforma en la que se encontraba Larry), con el megalómano espectáculo allí creado los de Dublín han demostrado una vez más que como cantan en su último disco no hay nada que los pare, no hay una línea en el horizonte porque si la hubiese ellos ya la habrían traspasado como los rockeros galácticos que son.

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